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Control de patógenos en instalaciones de pavos: manejo

18 August 2011

Los microorganismos que son patógenos para los pavos pueden provocar graves pérdidas económicas a los productores debido a una disminución del rendimiento del crecimiento o a la muerte de aves por enfermedades infecciosas.

Se deben usar prácticas que prevengan que los microorganismos se propaguen en la granja
Se deben usar prácticas que prevengan que los microorganismos se propaguen en la granja

Algunos patógenos en los pavos como la salmonella son también patógenos entéricos en los humanos que pueden transmitirse a la parvada y contaminar así la carne de pavo durante el procesamiento, indica Aubrey F. Mendonça, de la Universidad Estatal de Iowa, EUA, durante la Convención de la Federación Avícola del Medio Oeste en marzo de 2011. (Esta es la primera parte de una serie de dos artículos).

Tal contaminación, si no se previene o minimiza, puede conducir a problemas de inocuidad alimentaria que impliquen brotes de enfermedades de transmisión por alimentos que pueden ser devastadoras económicamente para los productores de carne de pavo.

Por lo tanto, el control de microorganismos en la granja así como en las plantas de procesamiento es crucial para la viabilidad económica de la industria del pavo a través de una mortalidad reducida, el mantenimiento de una parvada sana y la producción de productos cárnicos de pavo seguros.

Acciones de control

El control de las enfermedades en los pavos en el entorno de la granja puede ser más efectivo cuando se pone en práctica siguiendo un acercamiento multifacético que consiste en centrarse en tres áreas: i) incrementar la resistencia de las aves contra los patógenos, ii) reducir la susceptibilidad de las aves a las enfermedades, y iii) disminuir la exposición de las aves a los patógenos.

El incremento de la resistencia de los pavos contra los patógenos se consigue sobre todo a través de la vacunación. Las vacunaciones estimulan el sistema inmunitario de las aves para que produzcan proteínas (inmunoglobinas) que circulan en la sangre y se adhieren a los microorganismos invasores y los hacen reconocibles para las células inmunológicas que destruyen estos invasores.

Aunque no se usan mucho en la industria avícola, la administración viable de bacterias beneficiosas (probióticos) a pavos recién nacidos para prevenir la colonización intestinal por patógenos es otro acercamiento para incrementar la resistencia.

La disminución de la susceptibilidad de las aves a los patógenos se consigue sobre todo gracias a las prácticas de gestión racional que incluyen nutrición adecuada, provisión de agua potable, prevención de entornos estresantes y uso juicioso de antimicrobianos.

Un modo económico y muy efectivo para disminuir la exposición a patógenos de los pavos es a través de prácticas que prevengan que los microorganismos se propaguen a la granja o dentro de ella. Fallar al ponerlas en práctica puede resultar en grandes epidemias que involucren las comúnmente conocidas como “nuevas” (exóticas) cepas de patógenos.

Según la gravedad de la enfermedad y la extensión de su propagación, se podrá garantizar la cuarentena y probable sacrificio de parvadas de pavos infectadas. En este aspecto, pueden darse grandes pérdidas económicas para los productores de pavos.

Las siguientes prácticas de manejo pueden prevenir la propagación de patógenos y enfermedades infecciosas en granjas.


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"El incremento de la resistencia de los pavos contra los patógenos se consigue sobre todo a través de la vacunación"

Manejo de la parvada

El sistema total contra todo riesgo en la producción de pavos es un modo efectivo para prevenir la transmisión de patógenos de un grupo de aves a otro. Las aves que llegan deberían adquirirse de proveedores seguros con una historia de suministro de aves sanas a compradores y con una evidencia de procedimientos de monitorización de salud definidos en aves.

Las aves recién obtenidas deberían aislarse totalmente del resto de parvadas en la granja y mantenerse en galpones que estén adecuadamente limpios y desinfectados. Las aves salientes, una vez que abandonan la granja, no deben volver a ella para prevenir que se introduzcan agentes infecciosos de fuentes externas. Las aves muertas, desperdicios y abonos normalmente esconden microorganismos patógenos y se deben eliminar adecuadamente.

Los alimentos balanceados para las aves deben ser de muy buena calidad y estar adecuadamente almacenados para protegerlos de plagas de insectos, roedores y aves silvestres. Además, se deben tomar muestras periódicamente de los alimentos almacenados para comprobar que no hay contaminación de patógenos como la salmonella.

La instalación de filtros de nivel de agua, la cloración regular del agua así como la limpieza y desinfección minuciosas de los indicadores de agua entre parvadas son importantes para la previsión de transmisión de patógenos a la parvada. Se debería comprobar de forma habitual la calidad del agua que beben las aves en laboratorios.

Transmisión de patógenos por humanos

Los seres humanos pueden transmitir patógenos a las parvadas en su ropa, guantes o calzado. Los trabajadores de las granjas deben vestir ropas y calzados limpios y adecuados para el manejo de las aves. Justo en la entrada de cada galpón, por fuera, debería haber una pila para desinfectar el calzado si fuera necesario y destruir los patógenos que los trabajadores puedan introducir.

El exceso de tierra o material orgánico se debe quitar del calzado de las personas que entren a los galpones. Esta acción ayuda a que se minimice la pérdida de efectividad de los desinfectantes antimicrobianos que se puede reducir al fundir el ingrediente activo con la materia orgánica.

En realidad, las personas que entren en los galpones deberían detenerse en la pila, más que solo introducir la suela de sus zapatos en la solución desinfectante. Ayuda poner un cartel justo en la puerta de cada galpón que describa el procedimiento de limpieza del calzado.


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"Cuando se atienden las aves, los trabajadores deberían prestar atención a las edades de las parvadas"

Los trabajadores de la granja deberían permanecer en sus correspondientes zonas de trabajo durante cada turno para que sea práctico el plan de gestión de la granja.

Cuando se atienden las aves, los trabajadores deberían prestar atención a las edades de las parvadas, empezando por la más joven y seguir así hasta llegar a las aves más mayores para terminar con aquellas que tengan problemas de salud.

No se debería volver a entrar en galpones de parvadas diferentes a las que tengan enfermedades una vez que se haya estado en contacto con estas últimas. Esta acción prevendrá la transmisión de patógenos de estas aves al resto de las parvadas en la granja.

Los trabajadores deberían utilizar guantes mientras trabajan y un par de guantes diferente en cada galpón. Es importante para los trabajadores que se desinfecten las manos antes de empezar a trabajar y después de comer para prevenir la transmisión de patógenos a las aves y a otros trabajadores también.

Aunque la granja puede contar con una parvada de aves sana, éstas pueden ser portadoras de patógenos entéricos para humanos como la Salmonella y el Campylobacter.

Se debería instalar dispensadores con soluciones desinfectantes para las manos en determinados lugares de la instalación para facilitar que los trabajadores se desinfecten las manos con regularidad. Si las manos están sucias, es necesario que se laven a fondo para eliminar el polvo, la tierra y otros restos usando el desinfectante para las manos. El exceso de tierra o material orgánico reduce la efectividad antimicrobiana de la solución desinfectante.

Para evitar que se introduzcan patógenos de zonas externas, los trabajadores no deberían invitar visitantes a la granja sin la aprobación del gerente de la granja. Si los trabajadores visitan granjas en un país extranjero o alguna granja de alto riesgo en cualquier país, deberían dejar que pasen 72 horas antes de volver al trabajo.

Los trabajadores que posean aves como mascotas o críen sus propios pavos u otras aves de corral deben ser conscientes de que existe un riesgo diario de transmitir cepas de microorganismos patógenos a los pavos en la granja donde trabajan.

Las actividades que impliquen caza y visita de zonas de migración de aves migratorias también plantean riesgo de transmisión de patógenos a la granja. Los trabajadores no deberían cazar aves o visitar zonas de migración de aves el día anterior de ir a trabajar a la granja.

Cuando se trabaje con aves afectadas por alguna enfermedad, los trabajadores deberían vestir monos, mascaras, guantes y fundas para los zapatos. Eliminar y deshacerse del atuendo ya usado es necesario para prevenir la contaminación cruzada a la ropa de calle.

Lea más

La segunda y última parte de este artículo se encuentra en: Control de patógenos en instalaciones de pavos: vectores

Agosto 2011

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