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La presión del agua afecta al rendimiento de los pollos de engorde

04 October 2016

La rapidez con la que fluye el agua de los bebederos afecta a las preferencias de bebida de los broilers y puede influir en el peso final. El pasado enero de 2016, se presentó un estudio con motivo de este hecho en el Foro Científico Internacional sobre Avicultura (IPSF, por sus siglas en inglés) celebrado en Atlanta, Georgia, EUA.

Cómo afecta la presión del agua sobre su uso en un galpón comercial

Presentación de Cody Brown, Brian Fairchild y Michael Czarick, de la Universidad de Georgia, EUA.

Se llevó a cabo un estudio de campo en una granja comercial de pollos de engorde con el fin de evaluar el efecto de la configuración de la presión de línea de agua del bebedero en el uso del agua que hacían los broilers. El estudio se llevó a cabo en un galpón de 40 por 500 pies (12,19 × 152,40 m) que estaba equipado con un sistema de bebederos de tetina (o nipple).

A cada línea de bebedero se le instaló un medidor de agua de flujo bajo y un sensor de presión de agua. Los datos se recogieron a intervalos de un minuto mediante el uso de un registro de datos.

El ensayo consistía en tres lotes consecutivos donde la presión del agua se cambiaba a los 20, 26 y 32 días de edad. La duración media del lote era de 40 días. A la edad de 20 y 32 días la presión del agua se ajustaba para crear una diferencia de 4 pulgadas (10,16 cm) de altura del agua entre las líneas de agua. A los 26 días la presión del agua se igualaba. El uso del agua se comparaba entre las líneas de bebedero de tratamiento diferentes.

El uso del agua en las líneas de mayor presión aumentaba en los tres lotes cuando se comparaba con las líneas de baja presión. La diferencia en el uso del agua entre los tratamientos variaba de 10 a 100 galones (de 37, 85 a 378,5 litros) cada día cuando las presiones de agua eran diferentes.

Durante el periodo de tiempo que las presiones del agua se ajustaban para que fuera el mismo, el agua volvía a seguir las tendencias normales, tales como hacer un mayor uso de las líneas interiores comparado con el de las exteriores. Esta tendencia se vio en los tres lotes durante este ensayo.

Este mayor uso puede atribuirse a que las aves son capaces de recibir más agua de las líneas de presión alta ya que una presión más elevada resultaría en un índice de flujo mayor en el bebedero de tetina. El cambio en el uso del agua entre los grupos de presión alta y baja sugiere que las aves pueden haberse desplazado para utilizar la línea de presión más alta.

Pese a que la humedad de la cama no se monitoreó durante este estudio, se observó que la yacija tendía a apelmazarse bajo las líneas de agua.

El efecto de las diferentes presiones de agua en el rendimiento de los pollos

Una segunda presentación de los mismos investigadores, Brown, Fairchild y Czarick de la Universidad de Georgia, EUA, comparaba los efectos de dos bebederos con presiones de agua diferentes, 6 pulgadas (15,24 cm) (por recomendación del fabricante) y una columna de agua de 12 pulgadas (30,48 cm) sobre el rendimiento del pollo de engorde y la humedad de la cama.

El ensayo consistía en cuatro líneas de 18 alojamientos cada una, con una medida de 3,5 × 5 pies (1,07 × 1,5 m) cada uno, y con 25 aves, de 21 a 49 días de edad, en cada alojamiento. Cada línea de alojamientos tenía una línea única de bebedero continua. Se aplicó un tratamiento único de presión de agua a cada línea de alojamientos (dos réplicas por tratamiento) en orden alterno.

El peso vivo del ave, el índice de conversión y la humedad de la cama se medían semanalmente.

Los resultados mostraron que el peso vivo de las aves era significativamente distinto (P<0,05) en la última semana del estudio con el grupo de presión de agua de 12 pulgadas (30,48 cm), que tenía un peso de 111 gramos más.

El índice de conversión en la última semana de estudio era significativamente mejor en el grupo de presión de agua más elevado que el grupo de control con valores de 1,87 y 1,93 respectivamente.

Las aves criadas con una presión de agua superior tenían, en cada semana del estudio, una humedad media de la cama superior que el grupo de presión de agua inferior.

Estos resultados muestran que un beneficio de un aumento de presión del agua solo se ve en la última semana del estudio (en los días 42 a 49), pero como resultado se observa una cama húmeda. Esto es más evidente por la diferencia de porcentaje en el uso del agua, siendo mayor que la diferencia del porcentaje de peso vivo de un 3 % a un 7 % a lo largo del estudio, lo cual indica mayores niveles de malgasto de agua en el grupo de presión elevada.

El efecto del tamaño del alojamiento en la relación agua:alimento de los pollos de engorde

Presentación de póster de Abdulmohsen Alqhtani, Brian Fairchild y Michael Czarick, de la Universidad de Georgia, EUA.

El objetivo de este estudio es investigar el efecto del tamaño del alojamiento sobre la relación agua:alimento de los pollos broiler. Se asignaron un total de 594 pollos Cobb macho a alojamientos de suelo de 3 tamaños diferentes, de 20, 30 y 40 pies cuadrados (1,86 m2, 2,79 m2, 3,72 m2) respectivamente, con 6 réplicas de 33 aves cada una. La altura de la línea de bebederos y la presión se mantenía igual en todos los alojamientos.

El uso del agua y el consumo de alimento se medían diariamente y se calculaba la relación agua:alimento. Se medía el peso vivo semanalmente y se determinaba el índice de conversión (IC). Los datos se analizaban semanalmente utilizando análisis de varianza.

No había diferencias significativas en el uso del agua, en el consumo de alimento o en el IC entre los tres tratamientos. Los datos mostraban que la relación agua:alimento, dentro de las 3 primeras semanas de edad, no difería significativamente entre los tratamientos.

Durante la cuarta y la quinta semana, la relación agua:alimento aumentó significativamente puesto que disminuyó el tamaño del alojamiento (P= 0,01 y 0,007 respectivamente). En la cuarta semana, la relación agua:alimento de los alojamientos con tamaños de 20, 30 y 40 pies cuadrados (1,86 m2, 2,79 m2, 3,72 m2) era de 1,98, 1,91 y 1,88 respectivamente.

En la quinta semana, la relación agua:alimento de los alojamientos con tamaños de 20, 30 y 40 pies cuadrados (1,86 m2, 2,79 m2, 3,72 m2) era de 1,91, 1,86 y 1,81 respectivamente.

Las aves en los alojamientos de 20 pies cuadrados (1,86 m2) tenían una relación agua:alimento mayor que las aves de los alojamientos de 40 pies cuadrados. La relación agua:alimento de las aves en 30 pies cuadrados (2,79 m2) no difería estadísticamente de aquellos alojados en los de 20 y 40 pies cuadrados (1,86 m2 y 3,72 m2).

Los datos indicaban que los alojamientos más pequeños tenían una relación agua:alimento mayor. Esto puede deberse a una tendencia de los broilers a imitar los comportamientos. Cuanto más pequeño es el alojamiento mayor es la proximidad de las aves a las líneas de los bebederos.

Si un ave bebe, las demás lo observan y puede ser más probable que beban agua por imitación, más que por necesidad. En los alojamientos de mayor tamaño las aves están más dispersas y es posible que no observen la rutina de bebida y el comportamiento de imitación se vuelve menos probable.

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