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Teeter: Los estudios sobre la utilización del alimento muestran que el desafío coccidial afecta el crecimiento


"Hasta las lesiones de poca importancia pueden causar grandes pérdidas"
DR. ROBERT TEETER

Las investigaciones recientes sobre la utilización del alimento en pollos subrayan los poderosos efectos adversos que el desafío coccidiano tardío puede tener sobre el crecimiento de las aves y sobra las utilidades de los productores.

"Estoy impresionado con el impacto tremendo que puede tener la coccidiosis tardía sobre el rendimiento", dijo el Dr. Robert Teeter de la Universidad Estatal de Oklahoma, renombrado investigador de nutrición y salud avícolas.

Teeter explicó que la energía obtenida del alimento se utiliza para mantener los tejidos y órganos, regular la temperatura corporal, desarrollar la inmunidad y soportar las diversas actividades físicas, incluyendo el seguir comiendo para poder alcanzar la curva de crecimiento.

Una vez satisfechas estas necesidades esenciales, toda la energía que sobre se debe dedicar al crecimiento. En realidad, los factores causantes de estrés, como las enfermedades, pueden desgastar significativamente las reservas de energía y robar a las aves los nutrimentos que necesitan para lograr un crecimiento óptimo. "La combinación de estos factores de estrés tiene el mayor impacto", dijo.

Durante años, el conferencista y sus colegas han venido estudiando aves colocadas en cámaras metabólicas de alta tecnología y esto les ha permitido medir sutiles cambios en el consumo y la utilización de la energía en estas aves. Como parte de sus investigaciones, desarrollaron modelos estadísticos que predicen de manera confiable el consumo de energía metabolizable en las aves sanas.

Es crucial el momento en que se presenta la coccidiosis

Las investigaciones realizadas anteriormente por Teeter y su grupo han confirmado que las coccidias — parásitos causantes de la coccidiosis — tienen un significativo efecto en detrimento de parámetros tales como la tasa de crecimiento, la masa final, el promedio de ganancia diaria de peso, la eficiencia alimenticia, la pérdida de energía en las excretas y el uso de la energía para el mantenimiento de las funciones corporales. No obstante, las investigaciones más recientes muestran que es crucial el momento en que se presenten las coccidias.

Figura 1

"Los pollos de engorde no crecen de una manera estrictamente lineal", explicó (Figura 1). La curva de crecimiento de estas aves se acelera rápidamente después de los 27 días, aproximadamente. "Si un factor de estrés afecta a las aves antes de esta marca de los 27 días, todavía tendrán tiempo para compensar cualquier pérdida en el rendimiento.

Pero si estos factores de estrés se presentan después del día 27, los animales simple mente no tendrán suficiente tiempo para recuperar el crecimiento perdido".

En consecuencia, el momento en que ocurra la agresión por coccidiosis marcará una diferencia significativa sobre la manera de utilizar la energía para crecer.

Lo anterior quedó demostrado en un estudio que efectuó el equipo de investigadores Teeter. Desafiaron a un grupo de pollos de engorde con tres coccidias patógenas comunes, a saber: Eimeria tenella, E. acervulina y E. maxima. Luego los colocaron en cámaras metabólicas durante 6 días para estudiar minuciosamente su rendimiento, composición corporal, producción de calor metabólico, gasto de calorías y pérdida de las mismas debida a excreción. Un grupo de pollos testigos recibió solamente solución salina estéril.

Después de seis días de recolectar los datos en la cámara, los investigadores clasificaron a las aves de acuerdo con la severidad de sus lesiones, utilizando un sistema estandarizado.

El desafío con coccidias tuvo un efecto negativo sobre el rendimiento de todas las aves. Las calificaciones más altas de lesiones se correlacionaron con el peor desempeño, particularmente en las aves que recibieron el desafío mixto con cuando menos dos especies de coccidias, dijo Teeter.

Fue todavía más sorprendente el hecho de que las calificaciones de lesiones se asociaron con un impacto negativo sobre el rendimiento, especialmente en las aves que se acercaban al final de la curva del crecimiento.

Ganancia compensatoria

Para evaluar con más precisión el impacto de la edad en que ataca la coccidiosis, estos investigadores compararon a dos grupos de pollos, uno de ellos se desarrolló en un ambiente que proporcionó un nivel bajo de desafío coccidial logrado mediante la administración de una vacuna viva (Coccivac-B) mientras que el otro grupo no se desafió.

A los 20 días de edad, los investigadores contabilizaron el rendimiento y sacrificaron al 50% de las aves para practicarles la necropsia. El resto de los animales se desarrolló hasta el final del período de crecimiento de 48 días mientras se continuaba supervisando su rendimiento.

"En el grupo de aves sacrificadas a los 20 días, la calificación de lesiones microscópicas fue diferente de los testigos en todos los casos, incluso con este nivel bajo de exposición", dijo el orador.

Los indicadores del rendimiento como el peso vivo y la conversión alimenticia también reflejaron algunos efectos negativos del desafío temprano con coccidias. Sin embargo, Teeter explicó que a los 48 días las aves habían recuperado el rendimiento perdido, gracias a un proceso conocido como ganancia compensatoria (Cuadros 1 y 2).

"A esa edad el peso promedio de las aves no era diferente — aproximadamente de 3.56 a 3.57 kg (de 7.84 a 7.87 lb). En términos generales, las aves que recibieron el desafío coccidial recuperaron toda la masa corporal perdida y no se observaron diferencias significativas en la conversión alimenticia entre ellas y los testigos no tratados.

Medición del crecimiento perdido

Figura 2

Teeter y sus colegas también desarrollaron modelos matemáticos para estudiar la manera como las aves metabolizan el alimento, bajo un parámetro que él denomina "consumo de energía metabolizable".

En estos modelos se asume que las aves se desarrollan en ambientes libres de enfermedades. Si los animales gastan más energía de la que predice este modelo sin enfermedad, esto sugiere que la energía se está perdiendo, ya sea por un aumento en las necesidades de mantenimiento como la generación de calor corporal, o posiblemente por una menor digestibilidad de la ración en sí.

"Cuando usamos estas herramientas para analizar los datos que hemos recolectado", dijo, "parece que siempre surge la misma constante: por cada punto de incremento en la calificación microscópica de la coccidiosis, el promedio de ganancia diaria disminuye aproximadamente 1.5% del peso corporal".

En el caso de un pollo de 2 kg (4.4 lb) con una calificación de lesiones de 1, esto significa que podríamos esperar una merma en la ganancia diaria promedio de aproximadamente 30 g (0.066 lb) al día. Pero si se trata de un ave del mismo tamaño con una calificación de lesiones de 2, esta pérdida se duplica a aproximadamente 60 g (0.132 lb) al día.

Estas armas matemáticas también muestran que la eficiencia alimenticia se afecta adversamente en presencia de coccidiosis, dijo.

"Por cada punto de incremento en la calificación visual de coccidiosis, la eficiencia alimenticia disminuye aproximadamente 0.0084% por gramo (0.002 lb) de peso corporal", explicó, haciendo notar que casi la mitad del alimento que consumen las aves, lo hacen durante las últimas 2 semanas antes de salir al mercado. "Entonces, incluso con una calificación de coccidiosis de 1, el impacto sobre la conversión alimenticia final será enorme".

La experiencia de campo confirma los resultados de laboratorio

La experiencia obtenida en el campo dio mayor credibilidad a los hallazgos del Teeter sobre los efectos potencialmente devastadores del desafío coccidial tardío. Un avicultor de Ontario, Canadá, que producía pollos Ross 308 y que no los vacunaba contra la coccidiosis encontró una calificación muy alta de ooquistes alrededor del día 29, aunque no observó síntomas de coccidiosis tales como heces sanguinolentas.

Cuando trazó una gráfica del peso corporal real comparándolo con el estándar de la estirpe, detectó una pérdida significativa del peso que culminaba en cero crecimiento de los 39 días en adelante (Figura 2). Otras personas que observaron este caso atribuyen la merma del crecimiento probablemente a enteritis necrótica coexistente, aunque no observaron evidencia clínica.

En parvadas posteriores, este avicultor utilizó Coccivac-B para generar un desafío temprano con coccidias y los resultados fueron dramáticos. Evitó la pérdida de peso tardía gracias al desarrollo temprano de inmunidad (Figura 3).

Teeter concluyó diciendo que "Resulta crítico que los avicultores analicen rutinariamente el momento y la severidad con que se presenta el desafío coccidial porque, si ocurre durante las primeras etapas, las aves tendrán tiempo de recuperarse. Si se presenta de manera tardía, hacia el final del ciclo de engorde, no habrá tiempo suficiente para logar la recuperación, por lo que incluso lesiones menores pueden causar pérdidas considerables".

Primavera 2008

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