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Bioseguridad para la influenza aviar altamente patógena: problemas y opciones

20 September 2010

La FAO publicó un informe en el que ofrece recomendaciones de bioseguridad para todas aquellas personas involucradas en la industria avícola. El objetivo de los autores fue el de brindar soluciones para hacer que la bioseguridad sea práctica y sustentable para todos aquellos involucrados en ella.

Este trabajo se escribió a nombre de la FAO, la Organización Mundial de la Salud Animal (OIE) y el Banco Mundial por un equipo multidisciplinario de la FAO bajo la guía y responsabilidad general de J. Domenech, Veterinario en jefe de la FAO. El autor principal fue Nick Honhold, con secciones escritas por Anni McLeod, Satyajit Sarkar y Phil Harris.

Desarrolla el conocimiento actual sobre bioseguridad como un medio vital para controlar la influenza aviar altamente patógena (IAAP, gripe aviar), con base en las necesidades de segregación, limpieza y desinfección. El trabajo describe entonces cómo se aplica cada uno de estos aspectos específicamente a diferentes grupos de gente que desempeñan un papel vital en el control de la IAAP.

Esto incluye no sólo a los avicultores y vendedores de aves (cualquiera que sea la escala) sino también aquellos que se involucran en gallos de pelea, aves de caza y en el cuidado de aves exóticas.

Igualmente importantes, las recomendaciones se incluyen para cubrir a la gente en el comercio, trabajadores de los mercados de aves vivas y de sanidad animal, vendedores de alimento balanceado y transportistas.

El principio guía a través de este trabajo es que la bioseguridad debe ser práctica y sustentable para todos aquellos que están involucrados en ella.

Resumen del informe

La bioseguridad es la implementación de medidas que reducen el riesgo de introducción y diseminación de los agentes de enfermedades. La bioseguridad requiere de la adopción de una serie de actitudes y conductas de la gente para reducir el riesgo en todas las actividades que involucran a las aves domésticas, exóticas en cautiverio y silvestres, así como sus productos.

Este trabajo avanza a partir de la discusión presentada en el trabajo de la posición de la FAO/OIE/Banco Mundial sobre La importancia de la bioseguridad en reducir el riesgo de IAAP en granjas y mercados, preparado para la Conferencia Interministerial de Influenza Aviar y Pandémica, realizada en Nueva Delhi en diciembre de 2007.

Hace uso de lo que ya sabemos sobre bioseguridad, particularmente para los países infectados endémicamente con IAAP o que están en alto riesgo de introducción, identifica problemas, propone soluciones y esquematiza el futuro curso de acción.

Entre otras cosas, ve también los principios básicos de bioseguridad dentro del esquema general de control de enfermedades, analiza problemas específicos a la especie y al sector, hace hincapié en la importancia de situar a la bioseguridad en las condiciones adecuadas económicas y culturales, y expone los argumentos a favor del papel de la comunicación.

Los principios fundamentales

Al tomar como punto de partida la definición de la bioseguridad como "la implementación de prácticas que crean barreras para poder reducir el riesgo de la introducción y diseminación de agentes de enfermedades", el trabajo hace hincapié en que la gente es clave para la correcta implementación, pero que esto debe formularse en términos de mediciones que son difíciles de evitar y fáciles de cumplir.

Los tres principios elementales de la bioseguridad son:

  1. Segregación: La creación y mantenimiento de barreras para limitar las posibles oportunidades de que animales infectados y materiales contaminados entren a un sitio no infectado. Este paso adecuadamente aplicado, va a prevenir la mayor parte de las infecciones.
  2. Limpieza de materiales, por ejemplo, los vehículos o equipo que tiene que entrar (o salir) del lugar, debe limpiarse a profundidad para eliminar la suciedad visible. Esto va a eliminar la mayor parte de los virus que contaminan a los materiales.
  3. Desinfección: La desinfección adecuadamente aplicada va a inactivar cualquier virus que esté presente en los materiales que ya se hayan limpiado a fondo.

Los detalles de cómo la bioseguridad se aplica van a depender del tipo de unidad de producción avícola en cuestión: para granjas y pueblos, por ejemplo, el énfasis debe de ser en la "bioexclusión", es decir, mantener fuera a los agentes de enfermedades, para los mercados debe ser la "biocontención", es decir, mantener a los agentes de enfermedades dentro y para las parvadas de patos es cuestión de ambas.

Los métodos adecuados de control de enfermedades van a depender mucho de identificar los mecanismos a través de los cuales la IAAP se mantiene y disemina. Todavía queda mucho por aprender del posible papel de las aves salvajes como reservorio de infección (hasta ahora, no se ha identificado fuera de animales vivos un reservorio a largo plazo) pero se ha identificado un reservorio muy claro en aves domésticas (particularmente patos) y posiblemente en otras aves salvajes en cautiverio.

Los estudios han mostrado también que las aves domésticas vivas infectadas pueden producir virus durante varios días o semanas sin mostrar signos clínicos claros. Las aves domésticas infectadas son la fuente más peligrosa de virus, mientras que los objetos inanimados (fómites) contaminados con secreciones (en particular heces) de aves infectadas son la siguiente fuente más peligrosa de virus; la diseminación en el aire que no es significativa.

La enfermedad se disemina principalmente por las acciones del hombre al mover ya sea aves infectadas o materiales contaminados.


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"Si hay alguna recomendación que debe resumir todas las anteriores en este trabajo, es la de que la bioseguridad debe ser práctica y sustentable para todos"

Asuntos generales

En ningún país es homogéneo el cuidado o producción de las aves. En primer lugar, el sector está conformado de muchos tipos diferentes de aves en cautiverio domésticas y no domésticas; además de las aves de producción, la gente mantiene otro tipo de aves que incluyen gallos de pelea, aves para reproducción y exposiciones, aves de rapiña y especies relacionadas, aves señuelo para caza y aves exóticas en cautiverio.

En segundo lugar, mucha gente además de los avicultores forman parte del sector de aves domésticas y cautivas; entre estos se incluyen los comerciantes, los trabajadores de mercados de aves vivas, trabajadores de sanidad animal, vendedores de alimento y transportistas.

Mientras más compleja es la cadena de producción y comercialización (esto es, mientras más pasos y gente haya involucrada), más difícil parece ser el control y la erradicación de la IAAP H5N1, pero, cuando se conciben y recomiendan medidas de bioseguridad, deben tenerse en cuenta todas las etapas en la cadena.

Actualmente hay muchas medidas de bioseguridad conocidas, pero que se han desarrollado principalmente para los sistemas de producción comercial a gran escala, en el llamado “mundo desarrollado”. Esto lleva a tres cuestiones importantes:

  • Debe fomentarse que las granjas comerciales a gran escala en el “mundo desarrollado” adopten las medidas.
  • Pocas de las medidas comúnmente recomendadas son adecuadas para los sistemas comerciales a pequeña escala o para las aves de traspatio.
  • Las medidas de bioseguridad no se han diseñado para intermediarios y proveedores de servicios, para aves no domésticas, cazadores, etc.
En 2004, la FAO identificó cuatro sectores de producción avícola:
Sector 1: producción integrada industrial de aves o productos comercializados
Sector 2: producción avícola comercial de aves o productos que se venden a través de plantas de sacrificio o mercados de aves vivas.
Sector 3: producción avícola comercial a pequeña escala que incluye aves acuáticas, con aves o productos que generalmente se venden a través de mercados de aves vivas.
Sector 4: producción en pequeños poblados o de traspatio de aves o productos que se consumen localmente.

Donde no existen las medidas de bioseguridad adecuadas, se han diseñado e implementado; donde existen quizás no sean lo suficientemente eficaces o se hayan implementado ampliamente. En cualquier caso, el resultado final es que cualquier medida de bioseguridad debe ser práctica y proporcionada al riesgo para el que se desarrolló.

El diseño práctico de las medidas de bioseguridad debe fundamentarse firmemente en tres consideraciones clave:

  • Las recomendaciones de bioseguridad deben desarrollarse para todas las partes componentes del sector de aves domésticas y aves en cautiverio, entre los que se incluyen también los intermediarios y proveedores de servicios.
  • En la mayor parte de los lugares, el énfasis debe ser en la bioseguridad preventiva para disminuir el riesgo de infección (bioexclusión), aunque la biocontención sigue siendo importante.
  • Los que van a implementar las medidas de bioseguridad deben estar involucrados en el diseño para garantizar que sea factible y sustentable.

Esta última consideración toca la parte central de lo que trata la bioseguridad y sin la cual va a fracasar cualquier intento para lograr una prevención y control de la enfermedad efectiva y sustentable: la aceptación de los interesados.

Además, la planeación de la bioseguridad debe incorporar análisis socio-económicos para ayudar a identificar la aceptación social y cultural de las medidas propuestas, el nivel de costo que la gente puede pagar y la reglamentación, incentivos y castigos que pueden ser adecuados para inducir el cambio en el comportamiento que va a ser necesario en muchas situaciones.

Este análisis debe enfocarse a tres cuestiones fundamentales:

  1. ¿Para quiénes son importantes las aves?
  2. ¿En qué estaría o estará la gente preparada para mejorar la bioseguridad?
  3. ¿Cuánta gente puede dedicarle tiempo a la bioseguridad, quién debe pagar qué y cuál debe de ser el balance entre incentivos y castigos que se pudieran necesitar?

La evaluación económica de las medidas de bioseguridad puede basarse en el análisis de eficacia de costos y de costo-beneficio. El análisis del sustento es muy útil para entender la importancia de las aves y la motivación de la gente.

Si este método identifica cómo la gente percibe su propia situación y el ambiente en el que actúa, la comunicación se construye en él y construye el camino de involucrar a la gente en la planificación e implementación de la bioseguridad.

A toda costa, la comunicación no debe ser prescriptiva, de establecer reglas sobre comportamientos a practicar y comportamientos a evitar, sino que debe tomar en cuenta la compleja interacción entre la percepción del riesgo, la respuesta, la intención conductual y el diseño del mensaje.

Una de las principales contribuciones que puede hacer la comunicación al desarrollo de la bioseguridad se encuentra en motivar un giro del método naturalista al de contagio/contaminación de la enfermedad aviar.

La comunicación debe ponerse de acuerdo para un cambio de comportamiento eficaz que supere la percepción generalizada de que es natural que haya enfermedades y muerte de aves, percepción que lleva a no notificar aves enfermas y muertas, a la falta de higiene cuando se maneja a las aves y al consumo de aves enfermas y muertas.

Al mismo tiempo, es clave estar consciente del por qué el comportamiento que se promueve tiene sentido para el que recibe el mensaje, para poder cambiarlo y que debe formar parte de toda estrategia de comunicación. Para que tenga sentido para el productor, los mensajes de comunicación deben estar formulados más en términos de valores personales tales como el bienestar y la prosperidad de la familia más que en términos solamente de fundamentos técnicos.

Además, la comunicación desempeña un papel importante en "permitir el ambiente” que debe crearse alrededor de la bioseguridad. Es un instrumento de defensa que estimula a las personas encargadas de elaborar políticas y a los medios a ofrecer apoyo a la importancia de la bioseguridad, lo cual ayuda a crear la estructura institucional de respaldo dentro de la cual las personas y las comunidades pueden desempeñar su papel.

Imágenes de Saeed Khan; Hans Wagner; Paolo Pagani
Imágenes de Saeed Khan; Hans Wagner; Paolo Pagani

Problemas específicos y opciones

Aunque el trabajo se enfoca a problemas y soluciones para los diferentes sectores de la producción avícola y la cadena de comercialización, la lista no es exhaustiva ni se pretende que lo sea. Señala una serie de áreas críticas a las que deben enfocarse los planificadores de la bioseguridad en estos sectores: entre los productores a pequeña y gran escala, en las incubadoras, el contexto de las aves de traspatio, en las unidades de producción de patos, en los mercados de aves vivas, entre los intermediarios y proveedores de servicios, entre los criadores de aves, cuidadores de gallos de pelea, aves exóticas y aves de rapiña, y en las comunidades de cazadores.

Bioseguridad para los productores comerciales a gran escala (sectores 1 y 2)

  • Hay incentivos fuertes para los productores comerciales a gran escala para adoptar las medidas de bioseguridad; cuando sea necesario, los gobiernos pueden fortalecer estos incentivos a través de la reglamentación que requiere que se logre un nivel dado de bioseguridad para poder tener acceso a mercados.
  • Hay metodologías detalladas de bioseguridad para granjas comerciales a gran escala de muchas fuentes; los gobiernos (quizá en conjunto con las asociaciones de productores cuando las haya) deben trabajar con los productores para adaptar estas metodologías al contexto nacional.
  • Los gobiernos deben desarrollar y mantener una base de datos de productores comerciales a gran escala.
  • Los gobiernos y la industria avícola deben trabajar en conjunto para establecer un sistema de compartamentalización, donde se justifique.

Bioseguridad para productores comerciales a pequeña escala (sector 3)

  • La bioseguridad debe hacer hincapié en la creación de barreras físicas contra la infección y el control del acceso; esta forma requiere algo de financiamiento público.
  • El segundo paso debe ser la limpieza de objetos inanimados.
  • Se requiere del trabajo de campo participativo para establecer qué medidas de bioseguridad son factibles y sustentables, para producir y diseminar mensajes de extensión y para monitorear y notificar la adopción e impacto de estos mensajes.

Bioseguridad para incubadoras

  • Los pollitos de un día de edad no se infectan al nacimiento, pero se pueden infectar después de éste, si es mala la bioseguridad en la incubadora.
  • Las incubadoras son una parte esencial de la cadena de producción y comercialización; su operación continua es vital para la producción comercial, particularmente de pollos de engorda.
  • Todas las incubadoras mayores a cierto tamaño deben registrarse y tener licencia.
  • Se requiere de una estricta bioseguridad debido al potencial de la amplia diseminación de infección de una sola incubadora.

Bioseguridad para los cuidadores de aves de traspatio

  • Las aves de traspatio son, por mucho, el tipo más numeroso de parvadas, y han sido el tipo más frecuentemente afectado por la IAAP H5N1, y han sido fuente de enfermedades humanas, sin embargo, el riesgo de que una parvada en particular se infecte no es mayor que para las parvadas comerciales y en algunos casos, incluso puede ser menor.
  • Los cuidadores de aves de traspatio no pueden introducir medidas de bioseguridad eficaces por sí solos; son necesarias las iniciativas conducidas por la comunidad.
  • Cualquier medida que se introduzca debe ser sustentable localmente (es decir, sin aportaciones repetidas de organismos externos) y con la carga mínima posible, en términos de costo y tiempo, y en términos de requisitos iniciales y continuos.
  • La segregación va a ser difícil de implementar en un sistema en el que las aves están libres para deambular, pero el alojamiento de estas aves cambia fundamentalmente al sistema de producción.
  • Es poco probable el uso sustentable de desinfectantes.
  • La bioseguridad va a tener que basarse en la limpieza.
  • Se requiere del trabajo de campo para formular recomendaciones que los cuidadores de las aves de traspatio van a implementar, tomando en cuenta su percepción del riesgo y capacidad de invertir recursos en la bioseguridad; esto es un desafío y no debe subestimarse.

Bioseguridad para los productores de patos domésticos

  • Los productores de patos deben implementar las mismas medidas de bioexclusión que otros avicultores.
  • También van a necesitar practicar la biocontención rutinaria, debido a la posibilidad de una infección no detectada.
  • Probablemente no es posible la bioseguridad efectiva de las parvadas de patos que forman parte del sistema de patos y arroz; las medidas de bioseguridad deben suplementarse mediante la licencia, control de movimiento y vacunación.

Bioseguridad de los mercados de aves vivas

  • Los mercados de aves vivas han sido importantes contribuyentes de los brotes de H5N1, tanto como puntos de mezcla como fuentes de diseminación de enfermedades; también han sido fuentes de enfermedades en humanos.
  • La biocontención de la infección es vital en estos lugares.
  • Las medidas de bioseguridad tales como la introducción de días de descanso, la limitación de especies que se pueden vender en un mercado y el uso de jaulas que se puedan limpiar, han mostrado que han tenido impacto en la reducción de la persistencia de la infección en los mercados de aves vivas.
  • Los mercados de aves vivas pueden desempeñar un papel positivo en el control de la IAAP H5N1 al actuar como lugares donde se puede diseminar y recolectar información, y donde se puede realizar una vigilancia activa de las enfermedades y virus.
  • El cierre de los mercados de aves vivas debe realizarse con cuidado, porque puede crear mercados informales y desconocidos, lo que va a empeorar la situación de la enfermedad.

Bioseguridad para intermediarios y proveedores de servicios

  • Los intermediarios y proveedores de servicios tienen interés en mantener sus propios negocios y a aquellos con los que trabajan.
  • Crean vínculos entre los diferentes segmentos de las aves domésticas y el sector de aves en cautiverio, y constituyen un riesgo clave de diseminación de enfermedades; deben implementar medidas de bioseguridad adecuadas.
  • Los intermediarios y los proveedores de servicios tienen contactos con muchos productores y a menudo son fuentes confiables de información; por lo tanto pueden actuar como diseminadores de los mensajes de bioseguridad y defensores de los planes de ésta.
  • Existe la necesidad de desarrollar medidas de bioseguridad adecuadas y sustentables para que apliquen los intermediarios y proveedores de servicios, y para monitorear su aceptación e impacto.
  • La reglamentación de los intermediarios y proveedores de servicios puede ser adecuada y debe considerarse.

Bioseguridad para criadores de gallos de pelea, aves exóticas y aves de rapiña

  • Estos criadores de aves deben estar involucrados en los programas de bioseguridad.
  • Muchos se encuentran en poblados y áreas periurbanas, por lo que deben de formar parte de las medidas desarrolladas para la avicultura comercial a pequeña escala y de aves de traspatio.
  • El comercio de aves silvestres capturadas es grande y difícil de reglamentar, por lo que las aves se pueden infectar en cualquier punto después de la captura, incluyendo en los mercados; debe considerarse como parte integral de las aves domésticas, de la producción de aves vivas y de la cadena de comercialización, e incluirse en las medidas de bioseguridad de estas cadenas.

Bioseguridad para cazadores

  • Las aves salvajes cazadas recientemente han mostrado que desempeñan un papel en la introducción de virus a las aves domésticas; este hallazgo requiere de un mayor análisis a través de la investigación detallada de los brotes.
  • Necesitan crearse mensajes de concientización pública tanto para cazadores como para sus familias y socios sobre el riesgo y de cómo evitarlo.
  • Los mensajes de concientización deben enfocarse en aconsejar a los cazadores de que los restos (plumas y órganos internos) de las aves cazadas deben disponerse ya sea quemándose o enterrándose; no deben eliminarse en el ambiente donde actúan como fuentes de infección de las aves domésticas.

Hacia una bioseguridad práctica y sustentable

Si hay alguna recomendación que debe resumir todas las anteriores en este trabajo, es la de que la bioseguridad debe ser práctica y sustentable para todos: productores, comerciantes, intermediarios y proveedores de servicios, y para todos aquellos que realicen actividades que puedan contener la semilla del riesgo.

El diseño de programas de bioseguridad factibles va a requerir del trabajo de todos los interesados para garantizar que esto suceda, y para aquellos que van a tener que implementar las medidas que acepten la necesidad de hacerlo y vean los beneficios.

Va a requerir de la experiencia técnica veterinaria, pero también igualmente importante de las contribuciones de especialistas socio-economistas y de comunicación, si se quiere lograr mejoras prácticas y sustentables en las normas de bioseguridad que hay hoy en día.

Diciembre 2008

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