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Lucha contra sabotaje alimentario en empresas

20 February 2014

ESPAÑA - El Centro Nacional de Tecnología y Seguridad Alimentaria (CNTA), junto con el resto de socios que componen Food Defense Soluciones, celebró una multitudinaria jornada para profundizar en las implicaciones del término Food Defense en las empresas agroalimentarias.

Más de 150 representantes de todos los ámbitos del sector agroalimentario mostraron su interés por conocer las estrategias necesarias para evitar contaminaciones intencionadas de alimentos, según la nota emitida por CNTA.

En el encuentro participaron, además de los representantes de las empresas que conforman el recién creado Grupo Food Defense Soluciones, cuyos socios además del CNTA son Masscomm, OCA Instituto de Certificación, Eulen Seguridad, S21sec y WAF, el Director General de Agricultura y Ganadería del Gobierno de la Rioja, Igor Fonseca y el Consejero de Desarrollo Rural, Medio Ambiente y Administración Local del Gobierno de Navarra, José Javier Esparza.

Ambos dirigentes destacaron su satisfacción por la creación de esta iniciativa que supone para el sector agroalimentario riojano, navarro y español, por extensión, poder conquistar nuevos mercados aportando un valor añadido a los productos.

Durante toda la jornada se destacó el valor estratégico del sector agroalimentario español, ya no sólo como productor de alimentos de gran calidad, sino también a nivel económico y como sector destacado en la Ley 8/2011 como infraestructura crítica del país.

Unas características que como señaló Juan Antonio Gómez Bulé, Presidente del Consejo Asesor de S21sec, añaden un plus de responsabilidad a la actividad del sector para garantizar la calidad y seguridad de los productos alimentarios.

Las contaminaciones intencionadas de alimentos tienen que ver, entre otras, con acciones terroristas, acciones de activismo o intervenciones de empleados descontentos que buscan un impacto sanitario y económico a través de la manipulación de agentes radioactivos, biológicos, químicos o físicos.

Tal y como apuntó Eva Hita, del Área Comercial y de Marketing de CNTA, no existe un Plan de Food Defense Standard ya que este depende de muchos factores: diseño de las plantas industriales, ubicación, medidas de control de accesos, medidas de seguridad, número de trabajadores, sistemas informáticos pero sí existen incidencias típicas como medidas de control insuficientes o la falta de conciencia del personal de informar sobre circunstancias extrañas en su puesto de trabajo.

Si bien es cierto que en España no se han sucedido episodios llamativos que tengan que ver con la contaminación intencionada de alimentos, no se puede obviar la posibilidad de que eso ocurra y por ello hay que tratar de evitar los efectos negativos que estos hechos pueden causar a las empresas aplicando el conocimiento, los medios y tecnologías que ya existen.

Y ese es precisamente el objetivo del Grupo Food Defense Soluciones, que llega al mercado con el objetivo de ofrecer una soluciones globales, aunque adaptadas a cada necesidad.

“No es cuestión de asustar a nadie, ni de matar moscas a cañonazos”, apuntó Ricardo Cañizares, Director de EULEN Seguridad, sino de “protegerse, cada uno en función de su casuística, de los hechos intencionados que pueden poner en peligro las cadenas de producción y distribución de alimentos”.

La puesta en marcha de un procedimiento de Food Defense en las empresas agroalimentarias con el objetivo de identificar, mitigar y vigilar posibles fuentes de contaminación intencionada de alimentos, así como identificar las medidas preventivas para reducir dichas adulteraciones, todavía no está interiorizado en muchas empresas.

Es un procedimiento complejo, por la diversidad de aspectos diferentes de la empresa que hay que tener en cuenta y por el momento, es la necesidad de cumplirlo por la normativa IFS versión 6, -primera certificación que introduce el término Food Defense como novedad- y la normativa BRC lo que está obligando a muchas empresas a su implantación. IFS v.6 ha otorgado, además, una moratoria para su cumplimiento hasta el 15 de julio de 2014, pues tenía que entrar en vigor el 16 de julio de 2013. Por otro lado, son las empresas agroalimentarias que exportan a los Estados Unidos las que más en cuenta deben tener también la legislación norteamericana en materia de Food Defense, actualmente en fase de desarrollo, para poder seguir vendiendo en ese mercado.

Como apuntó José Manuel Gil, Director de Agrofood de OCA, Instituto de Certificación, si bien estas normas, exigidas por los principales entes de distribución alimentaria mundiales que actualmente copan el 44% del mercado alimentario, ya plantean una serie de beneficios a las industrias como son la disminución de porcentajes de retirada de productos, reclamaciones de clientes o incidencias en inspecciones sanitarias, la introducción de los requisitos de Food Defense, añade a las empresas un valor añadido y la oportunidad de prepararse para lo que va a ser la “Fabrica del Futuro”.fábricas del futuro, que por lo mostrado por Miguel Angel Beriain, Director General de WAF Estructuras Digitales, ya son muy reales. Beriain, mostró a través de diferentes ejemplos cómo las empresas pueden aprovechar la tecnología digital de video y datos para mejorar la efectividad y productividad de sus infraestructuras y personal, controlar la seguridad alimentaria, prevenir riesgos laborales, realizar tareas de control y por supuesto, responder a los requisitos que plantean en materia de Food Defense las normativas IFS o BRC.

Una de estas “empresas del futuro”, por ejemplo, es el Grupo VIRTO, que tiene implantada en sus diferentes fábricas una solución tecnológica de este tipo que le permite en cualquier momento y cualquier lugar no sólo controlar la calidad de sus productos y procesos, sino auditarlos permanente, controlar su trazabilidad y cumplir por añadido con los requisitos exigidos por las normativas para evitar sabotajes en sus productos.

A lo largo de la jornada se incidió mucho en el valor añadido de la implantación de una política Food Defense en las empresas por las implicaciones que también tiene en la mejora de la gestión de la producción y de la seguridad alimentaria. Según Juan Osaba, Director General de Masscomm implantar una estrategia de Food Defense “no consiste sólo en cumplir la normativa, sino aprovechar los beneficios asociados: protección de la marca, mejoras de productividad, reducciones en las pólizas de seguros, para aportar mayor valor añadido a lo que hacemos”.

Del equipo de redacción de ElSitioAvícola



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